Hay un caso que nos deja ver lo peligroso que es mirar a los gorilas a los ojos. Esto sucedió en la ciudad holandesa de Rotterdan, el gorila Bokiko del zoologico Blijdorp se escapó de su jaula y atacó a varias personas antes de ser sedado con dardos.
De entre los heridos solo una fue herida directamente por el animal, y fue mordida en una mano. Las otras personas resultaron heridas pero de manera accidental, por ejemplo una mujer cayó al intentar correr al ver el animal; un hombre que iba en su silla de ruedas se lastimó al intentar salir del restaurante y un empleado sufrió un shock al ver al gorila suelto.
En un principio, los cuidadores del animal pensaron que esta actitud tan agresiva se debía a que el espécimen se encontraba en la pubertad y, además, estaba a cargo de una hembra y dos crías.
Sin embargo tras buscar exhaustivamente la razón de su comportamiento se descubrió que la culpable era la mujer que habia sido atacada en primero lugar.
Dicha mujer solía pasar muchos días en el zoo y se quedaba mirando fijamente al gorila durante bastante rato, según ella porque “pensaba que su presencia agradaba al animal”.
Pero, en realidad, en el lenguaje gestual de estos simios, esta actitud representa una agresión. Por ello, el Zoo de Rotterdam obliga a utilizar gafas con ojos, para que el animal crea que las miradas se dirigen a otro lado, aquí en planeta curioso te presentamos esos lentes antigorilas.
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